Mijalichen, Estanislao




MIJALICHEN, ESTANISLAO
Pintor y Grabador

(1930-1972. De origen humilde. A los veinticinco años emprende un largo viaje al sur de la provincia de Buenos Aires junto con dos amigos pintores. Llevan una vida trashumante, a bordo de un carromato.
 Los mueve el espíritu de aventura y el intento de dedicarse a la pintura. Sobreviven trabajando en varios oficios. También trabajan en un circo, siguiendo con su carro la caravana circense.

 Luego regresa a Rosario, donde se emplea como obrero metalúrgico, mientras sigue pintando.  A mediados de 1960, inicia sus estudios de dibujo, pintura y grabado durante siete años, en el taller del maestro Juan Grela.









Tiempo después abre su propio taller "Diez 43”, en alusión a la dirección de calle Rodríguez de la ciudad de Rosario.

Abandona su trabajo de soldador metalúrgico, para dedicarse por completo al Arte.

El taller representaba un ámbito de acción, reuniones y exposiciones de alumnos y colegas; fue el “Centro de Grabado de Rosario", que impulsó la artista plástica Olga Vitabile junto a su esposo, Rubén Sevlever (Poeta); presentaban y organizaban conferencias".













"Desde su infancia la pasión por dibujar lo llevó a utilizar trozos de carbón caídos de los carros, en espontáneos dibujos sobre los frentes de las casas de su barrio…,”.-
 
(Texto inédito “Mijalichen”: del “Grupo Rosario”; (integrado por Celia Fontán, Emilio Ghilioni, Alberto Macchiavelli, Nélida Curvale, Daniel Scheimberg, Arnoldo Gualino, Rodolfo Elizalde. Rosario, 27 de julio de 1979).
 
El “Grupo Rosario”, realizaba los encuentros en dicho taller; en las épocas complicadas para reuniones y la libre expresión.
 
Invitábamos artistas locales para que comenten sobre su obra y emitan opiniones, así pasaron entre otros: Juan Pablo Renzi, Beba Suardi, Carlos Gatti, Juan Grela, Verónica Celman, Norberto Puzzolo Pedro Barrera, Araldo Acosta.
 
Muchos planteos seguían principios rectores que Grela difundía en su taller, como la revalorización de la producción y trayectoria de los artistas locales que han marcado la Cultura de la ciudad. Perteneció al Centro de Grabado Rosario, junto a María Suardi, Osvaldo Boglione y otros artistas. 
El músico Dante Grela (hijo del artista plástico Juan Grela); en memoria de Estanislao Mijalichen; realizó en 1972 (año de la muerte del artista), una composición musical para violonchelo, piano y percusión.



Evoca la artista plástica, María Suardi:
 
"Recuerdo esa época como un período riquísimo de mi vida y mi formación. Allí aprendí que el Arte, más que un trabajo es una actitud ante la vida; de la que Estanislao fue un claro ejemplo".
 
Entre sus alumnos podemos mencionar a pintores y grabadores de trayectoria conocida en nuestra ciudad: María Suardi, Susana Semino, Pedro Barrera, Roberto Ostiz, Beba López Tuttera, Viviana Mathus, Juan Carlos Elechosa, Marcelo Ruffino, Norberto Puzzolo (luego fotógrafo), Clara Waxemberg, María Paesky, Celia Fontán (más tarde escritora), Verónica Celman, Roxana Celman, entre otros.
 
Mijalichen murió siendo muy joven con muchos proyectos; siempre prevaleció en él su lealtad a sus principios; legando una obra digna, realizada con gran fe y sacrificio.

 



Texto de la dibujante y grabadora, Roxana Celman:

"Para ejemplificar, describiré una de sus clases. Esperaba a cada alumno con un ejercicio anotado en un pequeño papel, que le entregaba al comenzar la clase, seguido de una breve aclaración sobre las pautas individuales del trabajo.

No le preocupaba si el resultado final del mismo no coincidía con la consigna impartida previamente.

Si así hubiera ocurrido, él encontraba igualmente valiosa la búsqueda alternativa seguida por el alumno.

Jamás rechazaba los intentos frustrados, él sabía encontrarles el sentido y la dirección que el alumno no lograba expresar".









En 1966 funda el Taller “Diez 43” y la enseñanza particular lo libera, aunque precariamente, de otros oficios para la subsistencia.
 
Produjo incansablemente hasta su temprana e imprevista muerte, el 15 de julio de 1972, llegado a la edad de sólo cuarenta y dos años.
 
Su desaparición implicó la disolución definitiva del Taller “Diez 43”.
 
Una vida, signada por la lucha para conseguir un espacio propio como artista, significó un modelo para sus alumnos.






   -"Mijalichen en su vivienda-taller, expresaba un profundo afecto al saberse rodeado de todas sus obras mezcladas; las sentía sus hijos.

Supo transmitir a sus alumnos amor a la Pintura y el Grabado, procedimientos que enseñaba en su taller muy concurrido; iba gente vocacionalmente, se realizaban exposiciones de los alumnos...".-

(Fragmentos de la entrevista realizada a Verónica Celman por alumnos de la asignatura T.A.E. IV de la Escuela de Bellas Artes. Integra el texto inédito: El Grabado en Rosario, hoy. 1994 Rosario (Donado a la Biblioteca de la Escuela de Bellas Artes, Facultad de Humanidades y Artes, UNR)

   

*Frente de su casa-taller, calle Rodríguez 1043, Rosario. Razón del nombre de su "Taller 1043"

- Recuerdo a Estanislao Mijalichen que decía:

“Lo que pasa es que uno se cansa. Hay que trabajar otra técnica distinta, manejar bien un par de técnicas porque te cansas de hacer lo mismo todos los días.”.

- Y eso lo aprendí de por vida.

-La brusca desaparición de Mijalichen en julio de 1972 significó el fin del Taller “Diez43", y dejó un sentimiento de desolación en aquéllos, que como Verónica, habían sido sus discípulos.

(Textos inéditos 1974 -1975 sobre Estanislao Mijalichen. Archivo personal de Verónica Celman)


Para catálogo de Galería Miró de Rosario, Rosario mayo de 1982. Expusieron: Francisco García Carrera, Estanislao Mijalichen y Juan Grela.

        “Con García Carrera y Estanislao Mijalichen tuvimos una buena amistad, los tres teníamos diferentes opiniones sobre las cosas de la vida y la sociedad, tampoco tenían afinidad mis ideas estéticas con las de ellos, lo que siempre me unió a los dos fue el respeto y el cariño que yo les tenía y ellos a mí, así como el amor que profesaban a la pintura igual que yo.

 Esta amistad con Pancho García Carrera, de muchos años e incluso hasta de exponer juntos nuestras obras en varias ocasiones, se vio coronada por la excelente amista que hicieron nuestras esposas. Con Mijalichen la amistad comenzó siendo alumno en nuestro taller y después cuando se hizo pintor llegamos a ser muy amigos. Si bien ellos como yo, sabían que ser pintor en nuestro medio no era fácil, igual aceptamos el desafío que la vida nos dio.

 Pero debo reconocer que a través de la pintura la vida me dio mucho al haber sido amigo y colega de tan buenos pintores y mejores seres humanos. Por lo tanto éramos tres personas tres pinturas y síes ojos diferentes.

 Pancho con sus temas de gente y viviendas humildes de barrio, que acompañaban sus colores pardos negros como dominantes, con acentos de amarillos-anaranjados, rojos-anaranjados, blanco de valor y en algunos casos azules con tendencia al verde, todos altamente saturados – que en contraste con los pardos y grises y su acostumbrado grafismo negro para encerrar las formas – fueron las constantes de su obra. Otro de los medios que usó García Carrera, para expresarse fue la materia, tanto que en una época de sus pinturas dominaba lo matérico como medio expresivo; esta materia no la colocó como un alarde superficial muy por el contrario la pasta llevaba dentro de sí toda la pasión, el ardor y el lirismo que tuvo este artista toda su vida ´para hacer su pintura y vivir; todo esto unido a su pintura climática, logró darle a su obra un contenido dramático.

 Mijalichen tuvo diferentes etapas de crecimiento interior, hasta llegar en su corta vida.
Para hacer su pintura y vivir; todo esto unido a su pintura climática, logró darle, a lo que podemos decir su madures pictórica. Logró hacer una pintura con un sentimiento lírico a través de una estructuración mental, cosa realmente curiosa este contraste al que él supo darle unidad expresiva.
 En esta última etapa de su vida ordenaba sus obras con rigor geométrico, los perfiles de cada forma netamente definidos, como así también estructuraba direcciones lineales y relaciones de tamaños en los planos. A este ordenamiento lo seguía un color tonal, siempre medido para que no escape de la forma y quedase aprisionado con ella. Con ese color dentro de la tonalidad a través de una paleta con mínima cantidad de colores, trataba de aprovechar al máximo el tinte y los tonos claros y oscuros que esos pocos colores le podían brindar. Gustaba de la buena forma y a través de ella dejaba en la obra su expresión apasionada y hasta dramática.
García Carrera y Mijalichen, fueron dos buenos pintores rosarinos, con sus obras enriquecieron a nuestra plástica, que tan alto nivel tiene dentro de lo nacional”.  Texto: Juan Grela



Para catálogo de Galería Miró de Rosario, Rosario mayo de 1982. Expusieron: Francisco García Carrera, Estanislao Mijalichen y Juan Grela.

        “Con García Carrera y Estanislao Mijalichen tuvimos una buena amistad, los tres teníamos diferentes opiniones sobre las cosas de la vida y la sociedad, tampoco tenían afinidad mis ideas estéticas con las de ellos, lo que siempre me unió a los dos fue el respeto y el cariño que yo les tenía y ellos a mí, así como el amor que profesaban a la pintura igual que yo.

Esta amistad con Pancho García Carrera, de muchos años e incluso hasta de exponer juntos nuestras obras en varias ocasiones, se vio coronada por la excelente amista que hicieron nuestras esposas. Con Mijalichen la amistad comenzó siendo alumno en nuestro taller y después cuando se hizo pintor llegamos a ser muy amigos. Si bien ellos como yo, sabían que ser pintor en nuestro medio no era fácil, igual aceptamos el desafío que la vida nos dio.

 Pero debo reconocer que a través de la pintura la vida me dio mucho al haber sido amigo y colega de tan buenos pintores y mejores seres humanos. Por lo tanto éramos tres personas tres pinturas y síes ojos diferentes.

Pancho con sus temas de gente y viviendas humildes de barrio, que acompañaban sus colores pardos negros como dominantes, con acentos de amarillos-anaranjados, rojos-anaranjados, blanco de valor y en algunos casos azules con tendencia al verde, todos altamente saturados – que en contraste con los pardos y grises y su acostumbrado grafismo negro para encerrar las formas – fueron las constantes de su obra. Otro de los medios que usó García Carrera, para expresarse fue la materia, tanto que en una época de sus pinturas dominaba lo matérico como medio expresivo; esta materia no la colocó como un alarde superficial muy por el contrario la pasta llevaba dentro de sí toda la pasión, el ardor y el lirismo que tuvo este artista toda su vida ´para hacer su pintura y vivir; todo esto unido a su pintura climática, logró darle a su obra un contenido dramático.

Mijalichen tuvo diferentes etapas de crecimiento interior, hasta llegar en su corta vida

Para hacer su pintura y vivir; todo esto unido a su pintura climática, logró darle, a lo que podemos decir su madures pictórica. Logró hacer una pintura con un sentimiento lírico a través de una estructuración mental, cosa realmente curiosa este contraste al que él supo darle unidad expresiva.

En esta última etapa de su vida ordenaba sus obras con rigor geométrico, los perfiles de cada forma netamente definidos, como así también estructuraba direcciones lineales y relaciones de tamaños en los planos. A este ordenamiento lo seguía un color tonal, siempre medido para que no escape de la forma y quedase aprisionado con ella. Con ese color dentro de la tonalidad a través de una paleta con mínima cantidad de colores, trataba de aprovechar al máximo el tinte y los tonos claros y oscuros que esos pocos colores le podían brindar. Gustaba de la buena forma y a través de ella dejaba en la obra su expresión apasionada y hasta dramática.

García Carrera y Mijalichen, fueron dos buenos pintores rosarinos, con sus obras enriquecieron a nuestra plástica, que tan alto nivel tiene dentro de lo nacional”.  Texto: Juan Grela

*Investigación: Prof. Arnoldo Gualino


                                                                  GALERÍA DE IMÁGENES
















































































































*Investigación: Arnoldo Gualino
Referencias de: Roxana Celman, María Suardi, Emilio Ghiglioni, catálogos y escritos, textos de Guillermo Fantoni.

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