Pellegrini, Lucrecia





               
Lucrecia Pellegrini
Escultora

Lucrecia Obelar de Pellegrini, nacida en Casilda, Pcia. de Santa Fe, el 27 de agosto de 1942, meses después su familia se trasladó a Melincué, su padre era Bancario y la madre maestra. En el año 1957 su padre es trasladado a la ciudad de Cañada de Gómez, Lucrecia termina su Magisterio Normal y ejerció la docencia durante dos años. En 1964 la familia se trasladó a Rosario, allí comienza a trabajar en el Banco Provincial de Santa Fe. 






En 1977, ingresó al taller de modelado y cerámica de Mario Napolitano, en 19 78 concurre al taller de Alicia Donatto realizando cerámica escultórica.

En 1983 la profesora de Escultura Eugenia Paino la invitó como alumna oyente a la Escuela de Bellas Artes de la UNR para asistir a las clases de Escultura, junto a los profesores Domingo Polichiso, y Aldo Rossi, aprendiendo técnicas de la talla en madera, modelado, moldeado y fundición.

La madera es el material con el cual ha obtenido mayores satisfacciones, a partir del conocimiento de las posibilidades de cada madera. 







                                  

Así expresa Lucrecia su actividad y la transformación del material en forma:

“Para despejar todo aquello que obstaculiza a la figura que está en su interior.
Una búsqueda compartida entre la idea y la materia.
Ideas que, como un juego, se originan en mi mente; las atrapo y retengo en mi imaginación.
Luego elijo la madera, algarrobo, palosanto, quebracho, cedro.
Frente al rollo de madera cuando entro en su “duramen” percibo toda la fuerza y la resistencia del árbol, su fragancia.
Dejo a las herramientas seguir en libertad los caminos de las vetas y los nudos así comienza la trasformación de la madera-materia emergiendo hacia una nueva forma; continuidad de crear una nueva vida”.

……Cada ejemplar de su muestra invita a un cuidado análisis; pero, conviene advertir, que, sin perjuicio de las reflexiones- todas válidas, que pueda extraer

cada espectador, priva en Pellegrini un apego hacia la sensualidad de la forma, el placer de reconocer su depurada artesanía y, sobre todo, la preservación de la nobleza del material hasta en la profundidad de su aroma vegetal.   

 (Texto del Profesor Rubén de la Colina, para Catálogo de Exposición Individual de L. Pellegrini, en Galería Krass, agosto, 1996)


*Investigación: Prof. Arnoldo Gualino


                                           GALERÍA DE OBRAS de Lucrecia Pellegrini





























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